Dancers Don´t Need Wings to Fly

Miro mi reflejo en el espejo tratando de encontrar a la chica escondida detrás de tanto maquillaje y pestañas postizas. El comienzo de la canción que precede a la mía suena desde el escenario en un tono vacío en la habitación. Echo un vistazo a mi alrededor: no hay nada más que trajes, estuches de maquillaje, secadores y bolsos abiertos esparcidos por todo el camerino. Abro espacio en el suelo y tomo posición frente al espejode cuerpo completo de la esquina. Cierro los ojos, mi canción comienza a sonar en mi mente y me pierdo en ella hasta el punto de no escuchar la música de fondo. Me concentro en cada paso, posición y expresión de mis movimientos; buscando que su definición y delicadeza se asemejen siquiera un poco a las que contienen las teclas del piano.
Me encuentro a mitad de canción cuando la puerta se abre después de un golpeteo, y una mujer menuda y rubia asoma su cabeza.
-Es tu turno. Sígueme –no ha terminado de hablar cuando ya está caminando de vuelta al escenario. La sigo como un perro detrás de su comida, sin siquiera pensarlo dos veces. Un sentimiento ya bastante familiar se apodera de mi estómago y aumenta a medida que me alejo del camerino. Atravesamos un grupo de bailarinas y más personas de seguridad hasta la escalera que conduce a mi entrada-. Buena suerte –susurra antes de marcharse. Dejándome sola a la merced de mis nervios.
            Subo de dos en dos los escalones hasta la cortina negra, mi único obstáculo ahora. Llevo mi mano a mi pecho por dentro de mi traje y me aferro al pequeño dije de plata de una bailarina. Cierro los ojos de nuevo justo cuando la música termina.
Cinco segundos.
Mis manos tiemblan. Intento repasar la coreografía, pero mi mente está en blanco.
Tres segundos.
Debí haber ido al baño antes.
Un segundo.
Y mi cuerpo se está moviendo por sí solo, sin prestar atención a mi mente. No se deja guiar por ella, ha dejado de escucharla cuando mi canción comenzó a sonar. Me abandono en ella, en su ritmo, en sus acordes y en su letra.

Trato, además, de imaginarme bailando en el escenario, pero es difícil. Porque está sucediendo. Finalmente está sucediendo.

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